Por lo general, se recomienda agua blanda como requisito mínimo para la limpieza de instrumentos quirúrgicos. No así para el enjuague final donde el agua desionizada o desmineralizada es el estándar mínimo. Pero ¿qué es el agua blanda? ¿Es lo mismo que el agua ablandada?
En general, la dureza del agua se refiere al nivel de contenido de carbonato de calcio (CaCO3). No existe un valor exacto hasta qué nivel de contenido de CaCO3 se puede considerar agua blanda pero digamos que hay una especie de consenso de que menos de 50 ppm de contenido de CaCO3 (50 mg/l CaCO3) se podría considerar agua blanda. [1]. Al menos esta cifra se recomienda desde hace mucho tiempo [1] y se puede encontrar en la mayoría de las especificaciones técnicas de las Lavadoras Desinfectadoras así como en las recomendaciones de los fabricantes de instrumentos, como ya se dijo, sólo para la fase de limpieza pero no para el enjuague/aclarado final.
Así, el agua blanda es agua con un contenido máximo de 50 ppm de CaCO3 (internacionalmente también 0,5 mmol/l CaCO3). Esta agua se puede encontrar de forma natural en algunos lugares o se puede obtener después de un tratamiento llamado ablandamiento. Este tipo de tratamiento consiste en intercambiar cationes de calcio y magnesio con cationes de sodio en una resina de intercambio iónico. La cantidad de iones de sodio depende directamente de la cantidad de iones de calcio y magnesio provenientes del agua entrante, por lo que el contenido total de sal es casi el mismo que el del agua "cruda" (en la práctica, el contenido total de sal es ligeramente mayor ya que un catión de Ca2+ se intercambiará por 2 cationes Na+ con una masa total ligeramente mayor). Esto significa que ambos tipos de aguas (naturalmente blanda y ablandada) tendrán la misma dureza, pero el agua ablandada del proceso de ablandamiento del agua dura podría tener más minerales. Y cuanto más dura sea el agua entrante, mayor será el contenido total de sales en el agua ablandada. Así que aquí tenemos un punto para decir que el agua naturalmente blanda no es necesariamente lo mismo que el agua ablandada.
Un segundo punto importante es que el agua ablandada también puede tener un mayor contenido de cloruros provenientes de la autorregeneración de la resina de ablandamiento si es que ésta no se regenera como es necesario, o de un mal funcionamiento de la regeneración automática, o de una “avería”. Dado que los cloruros podrían no ser considerados como un “parámetro” del agua blanda (o ablandada), podría darse nuevamente una situación de agua ablandada con la misma dureza que el agua blanda natural, pero con mayor contenido de cloruro. Ambas son agua blanda. Y, como es bien sabido, los cloruros son muy perjudiciales para el acero inoxidable y pueden provocar corrosión tanto en los componentes de las máquinas como en los instrumentos quirúrgicos, por lo que deben evitarse [1].
En conclusión, desde una perspectiva de definición, tanto el agua blanda como el agua ablandada (por debajo de 50 ppm de CaCO3) son iguales; sin embargo, el agua ablandada podría contener un mayor contenido de sal y un mayor contenido de cloruro. Por lo tanto, para la limpieza de instrumentos quirúrgicos se debe aconsejar mantener un control exhaustivo del contenido de cloruros del agua y/o utilizar agua desmineralizada no sólo para el enjuague/aclarado final sino también para la limpieza e incluso para la prelimpieza.
[1] Reprocesamiento de instrumentos en grupo de trabajo: reprocesamiento de instrumentos para conservar su valor; 11ª edición 2017; www.aki.org
Sobre el Autor
Matías Pilasi es miembro de AKI desde octubre de 2019 como embajador para América Latina. Está especializado en el campo de Higiene Hospitalaria, Limpieza, Desinfección, Embalaje y Esterilización así como Validación de Procesos en el Reprocesamiento de Dispositivos Médicos.
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